
Todo ha salido a medias este año -piensa en el tiempo de realizar ese balance final, mes de diciembre-.
Ya está en fecha y una sensación de agobio lo mantiene en vilo a las 2. a.m.
Todo lo que hice está lleno de fallas y fisuras, se derrama el agua por todas las grietas que como en una compresa desbordada por la inundación, reclama ayuda urgente.
Comienza por la parte más fácil, lo que no hizo. No hizo el suficiente esfuerzo para levantarse antes de las 8 de la mañana y realizar ejercicios que le permitieran, hoy, 16 de diciembre, sentirse más saludable. No hizo la dieta adecuada, ni fumó los cigarrillos con menor frecuencia (en ese instante, por supuesto saca uno y lo enciende con amargura, pero con la alegría de tener una cajilla nueva en la camisa). Tampoco fue lo suficientemente emprendedor como para realizar nuevas mejoras en su casa que se viene yendo a pique desde el 2001. En fin, el comienzo es duro, pero termina con un “estuve muy ocupado con otras cosas”.
Sigue recorriendo el año, chequeando limitaciones de todo tipo para luego autoincriminarse y juzgarse. Crimen y Castigo. Pude haberlo hecho y No lo hice.
Paso 2, buscar todas las cosas que sí hizo, pero las hizo MAL. Mi trabajo ha decaído enormemente, debería haber conversado mejor esto y lo otro, Jorge se le enojó, no se pudieron poner de acuerdo, le hablé mal, desafortunadamente, le cerró muchas puertas ese mal paso. Estuve lamentable con él, trabajando para atrás ¿que carajo pasó?
Luego se da cuenta que había decidido trabajar mucho menos ese año y que mandar al diablo a este tipo, estaba casi planeado. Igual estuvo MAL. Por otro lado su vida de soltero impertérrito le estaba fastidiando pero no había conseguido que ninguna mujer le interesara al punto de abandonar su situación. Las mujeres que había conocido eran casi muñecas de exposición, solo querían un buen rato con él -esto lo angustiaba completamente- . Pensar en las mujeres con las que había andado este año lo llenaba de una sensación de vacío interminable. Tampoco había podido manifestarle a nadie que él mismo andaba buscando un poco de otra cosa. Era él quién se había comportado como un pasatiempista. Sin embargo, se estaba esforzando pero ya ni los lugares a donde pescaba sus mejores presas, le mostraban mujeres de carne y hueso. Allí encontraba puro plástico derretido que corría pegajoso dentro de ellas. A veces se imaginaba que las lastimaba con su barba recién afeitada y que les quedaba una marca en el rostro como en una pelota de fútbol, un raspón sin sangre, un poco de plástico sucio. Eso le daba mucho asco, pero lo reprimía.
En este momento llegaba al punto del desconsuelo, se servía un segundo Whisky. Estaba tocando fondo.
Pero en ese estado se dio cuenta, sí, se dio cuenta de algo, como un milagro.
Una salvación, al menos transitoria. Se le iluminó el rostro. Se puso un abriguito, agarró el paraguas, porque estaba pronosticado que llovería y salió rápido a caminar.
A caminar, sí, a festejar. Un pensamiento lo había sacado por completo de su interminable desgaste emocional. Como era posible?
Si, un pensamiento urgente había llegado.
Un año nuevo se aproximaba, y como un niño sintió que por fin cerraría el último cuaderno del año, y que el próximo lo podría empezar tan prolijo como le fuera posible. Hoja nº 1. Cuaderno Nº 1. Hoy es martes 1 de Marzo de 2010.
Poder empezar de nuevo, hacer las cosas bien, palpitaba!. Una vez más, el año “a estrenar” le daba una nueva oportunidad. Mientras daba rienda suelta a su imaginación iba buscando el camino de retorno a casa, ya con su paraguas abierto bajo la indecisa tormenta.





















