Ella estaba muy ajena a todo lo que pasaba en su casa. Nada de aquello cotidiano lograba capturar minimamente su atención. Y no era que no le gustara su vida o que algo estuviera fuera de lugar. Por el contrario, todo parecía estar en su lugar, el que ella siempre había considerado apropiado. Pero en algún momento comenzó a enajenarse, levemente, pero se notaba… no estaba igual. Que le había pasado, que les había pasado? Solamente ella era capaz de explicarlo. Tal vez, ese era el principal problema.
El estaba desilusionado, la vida lo había traicionado, la única luz que lograba sacarlo de la sombra, se estaba de golpe, volviendo un poco tenue y del mismo modo que cuando hay una baja de tensión, comenzaba a buscar culpables. En este caso, no había compañías de mierda, ni empleados ineficiente ni gobiernos de turno para des hacerse del problema. Lo que había era una tensión que bajaba y una angustia irrefrenable que subía desde el estomago hasta la faringe y se quedaba ahí, dejando pasar el aire con cuenta oxigeno.
Mucho silencio, mucho abismo, de repente.
Que se hace con todo eso?
Ella ni piensa explicar.
El no comenzara preguntando nada. No quiere saber, quiere sacarse esa angustia.
Ella ni piensa explicar, no esta vez. No otra vez. No sabe bien que va a hacer, mientras, se fuga, se evade. Se investiga e intenta un retorno a la mujer que es, a la mujer que esta sin querer, dejando de ser de apoco, de manera irrefrenable.
El no se anima a hablar del tema, sabe que ella tiene unos argumentos muy contundentes, y que todo lo poco que estuvo pensando, o sintiendo mientras respira el poco oxigeno que le permite esa horrorosa angustia difusa, sera para alquilar balcones. Algo anda mal y yo tengo que preguntar que es. Debo hacerlo o esta condena a la hipo-oxigenacion terminara por matarme.
-nada anda en esta casa, no se donde encontrarte (pregunta ya a oscuras por la noche), busque y busque algún rastro pero te fuiste y no logro dar contigo. Muero de ganas de respirar. No ves que no puedo ni respirar?
-Mjm, veo que nada anda, pero no me preocuparía tanto por eso. Yo me fui y ahora estoy de visita. Voy a ver que hago, si me quedo o me voy otra vez, y ahora te digo lo que de golpe se me ocurre que puede estar pasando por acá. Vos vas y venís, todo esta como debería, vos te quedas y dormís, todo esta como debería, vos no me miras y llamas por teléfono, todo esta donde debería, vos desayunas y saludas, etc, etc, todo esta donde debería. Pues ya no esta nada donde debería, tal vez un interesante modo de llamar tu inquietante dispersión de atención sobre mi.
Bien, ahora no estoy segura de querer o necesitar tu atención, solo creo que puedo estar bien en otro sitio, en otras dimensiones. Creo que hay mucha vida en otras partes, también.
- Pero si yo, en fin, yo creía que vos, que el problema era que vos no me dabas ni bola y entonces yo me preocupe porque no te atraía la idea de estar conmigo, supuse que andabas con otro, con otra cosa, no se, te fuiste tanto tiempo esta vez, como que me preocupaba que no volvieras y el motivo de tu distanciamiento, y ahora me doy cuenta de que yo, que yo no te quise exactamente, claro, como ibas a querer a alguien que no te mira, suena lógico, pero yo pensaba que SI lo hacia, que SI estaba, que te alcanzaba y de golpe claro, era poco. Pero vos estabas tan fría, distante, ajena. No me daba cuenta que yo no hacia nada para que vos quisieras estar conmigo y yo te exigía que vos quisieras estar conmigo, ahora lo veo tan claramente.
- SI, el problema acá es ese. Pero no me siento mejor ahora, estoy mas triste que antes y he regado mis lagrimas incontenibles. Ellas me han ayudado a hablar, pero he quedado extenuada.
- Mira, menos mal que me dijiste todo esto, pero yo te voy a ir a buscar, vos quedate ahí, seguí en tu limbo pero yo te voy a traer otra vez, o por lo menos lo voy a intentar.
- Bueno, yo no puedo quedarme hoy acá, en casa, chau, me voy, cualquier cosa nos vemos allá, en otra parte.