lunes, 12 de octubre de 2020

La caída

 Pedirme a mi tener sexo es sinónimo de pedirme que me pare en el borde de una montaña para dejarme caer 

Vértigo

Agonia

Imposibilidad

En ese caso llego al borde del abismo, junto mis pies, levanto los talones y ya en puntillas de pie como en un retrato , una pintura, una obra de arte siniestra, quedó detenida con mi expresión de anhelo en ese borde , en esa montaña siempre a punto de caer, de dejarme caer sin poder hacerlo. Quedó imaginando el viento en mi cara, mi propio planeamiento como una farsa, una película, un libro.

Cuando desees acercarte en ese sentido, es por ahora eso lo que vas a poder conmigo. 

Dejarme en puntillas de pie, congelada, una foto del momento anterior a la imposibilidad de caer de la montaña.


domingo, 4 de octubre de 2020

otro fantasma en elsinor

 intentaré poner freno a un fantasma irreducible

uno que como a todxs y a nadie, le recorre los muros de Elsinor

oscuro y aterrador; no respeta, no escucha, no ama

solo enciende las llamas del infierno

en un corazón ya olvidado por quien lo posee,

yo misma


sus palabras, idénticas a las de un dios, se sienten como truenos en mis oídos

cierro los ojos para no ver su propia muerte detrás y delante mío

quiero que muera, pero no lo logro.

busco un freno de mano, 

un freno imposible, inhallable, 

su inconsistencia me derriba todos los sueños.

el vapor, símbolo de aquello que no tiene entidad, ni rostro, me persigue como una flecha

sigo escondida 

pero siempre me encuentra

incluso, en una palabra, una coma, un punto en medio de una pared

padre de los padres,

fantasma irreductible

pensamiento asesino que ruego se detenga

pensamiento fantasma de cada día, de cada linea,

mi padre ha muerto, pero su inconsistencia persiste, invariable, idéntica a si misma, reiterada y vacua.

la busco y la encuentro en cada hombre, en cada hombre

él repite incansable, su paseo vaporoso por los muros del abismo inmemorial, y su voz de trueno resuena años en mi pecho destrozado de tanta búsqueda inútil de una palabra jamás pronunciada, de una acercamiento nunca siquiera imaginado, una pregunta fundamental, acaso solamente un solo y único acontecimiento real.

todos y cada uno de los encuentros, incluso cotidianos, fueron efímeros, volátiles, con sabor a nada, 

tuve un padre, incoloro, un padre indoloro, un padre espectral

hoy mi padre no ha muerto todavía

los truenos resuenan en un murmullo inacabado, en una voz que habla el idioma de lo no dicho, de lo no posible

a pesar de ello deberé enterrarlo vivo, sin temer las consecuencias de este  acto terrible de amor a mi misma, no se puede no tener sino aquello que no se ha tenido nunca, decían y aplico con los fines de sostenerme en algún sitio.

no hallo otra solución menos temeraria y menos dolorosa que un entierro y un duelo, mis lágrimas y mi culpa no son nada comparado al horror que produce algo que no existe y que sin embargo se pasea con voz de trueno y espanto, por un empedrado colmado de verdín, hablando en el idioma de no decir nada, de no cuidar nada, de no importar nada y de olvidarlo todo.