viernes, 28 de enero de 2022

el arrebato místico de Julieta



Bendita sea la mujer que te toque

Bendita sea el agua que cae todas las mañanas sobre tu rostro, y cada hora que recorre tu cuerpo

Tu cuerpo esbelto y claro

Tu piel dorada y tus pelos, cada uno de ellos, benditos por haber acariciado mí alma

Benditos los caminos que recorren tus pies, que tienen la suerte de ir llevándote en tu destino

Bendito sea el aire que se posa a tu alrededor y te da vida, con solo estar bailando fresca y calurosamente a cada instante de tu existencia

Y bendito sea el espacio que recorren tus piernas, la mesa donde se apoyan tus manos y tus brazos, cuando la vida pasa y se queda en un gesto, que por cierto, bendito sea cada gesto, cada gesto tuyo que no puedo admirar, pero conozco de memoria

De memoria recito esta conferencia sobre tu existencia, y el regocijo producto de recordarla, de sentirla como una corazonada a cada rato

Benditos tus ojos y tu boca que me han dado de mirar y de beber un elixir que me sirve de amuleto, me sirve de memoria de los tiempos inmemoriales dónde se detienen los suspiros, los anhelos, los pensamientos.

Bienaventurados aquellos que te crucen y te vean venir.

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